María Elósegui Ichaso y Javier López Sánchez
Es para mi un gran honor pronunciar esta laudatio con ocasión del solemne acto académico para la concesión del título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Zaragoza al Profesor Dr. Robert Alexy. Agradezco a la Facultad de Derecho que haya apoyado esta iniciativa.
Comenzaré por presentar algunos de los méritos del profesor Alexy, para a continuación poner de relieve algunos de los vínculos que le unen a nuestra Universidad de Zaragoza, a la Facultad de Derecho y al área de Filosofía del Derecho.
El profesor Alexy nació el 9 de septiembre de 1945 en Oldenburg (Alemania). Es en la actualidad Catedrático de Derecho Público y de Filosofía del Derecho de la Universidad Christian-Albrechts de Kiel, situada en el Land de Schleswig-Holstein, donde ha ejercido la docencia y la investigación desde 1986 hasta la actualidad. Desde hace dos años (2014) es catedrático emérito, lo que le permite dedicar más tiempo que nunca a la investigación. La Facultad de Derecho de Kiel posee una larga tradición en la materia de la Filosofía del Derecho. En ella dieron clases entre otros Gustav Radbruch y Karl Larenz. Ya entonces se acuñó el término del Kieler Schuler, la Escuela de Kiel.
El profesor Alexy estudió derecho y filosofía en la Universidad Georg-August de Gotinga en donde empezó sus estudios en el año 1968. Es destacable que en aquellos tiempos decidiera hacer ambas licenciaturas. Su amor simultáneo por el derecho y la filosofía le llevó a cursar las dos licenciaturas de un modo reglado, no sólo haciendo filosofía de un modo autodidacta. A ello se debe su conocimiento de la lógica formal matemática y de la lógica jurídica, que le ha llevado a intentar establecer criterios lógicos y fórmulas a la hora de dar peso a los distintos derechos en conflicto en los procesos de ponderación judicial. Quizá ello contribuye también a la sorpresa de los visitantes cuando ven su despacho en la universidad con una pizarra, más bien dos, llena de fórmulas.
En la licenciatura de filosofía recibió una especial influencia de su maestro Günther Patzig (filosofo analítico). Realizó el doctorado en Derecho en 1976 con una tesis sobre Teoría de la Argumentación Jurídica (Theorie der juristischen Argumentation) dirigida por Ralf Dreir en donde indica que las decisiones de los jueces deben tener una "pretensión de corrección" y que el derecho tiene una doble dimensión: el carácter institucional y autoritario (la ley, el precedente y la dogmática) y el carácter ideal y crítico que se consigue a través de la argumentación. Así mismo le otorga un valor objetivo a la argumentación racional a partir de la teoría del discurso (de raigambre habermasiana) en contra de lo que opina en su tiempo J.L. Mackie con su "Teoría del error" (Error theory, Ethics, 1977). Dicha tesis doctoral recibió el premio de la Academia de Filología Histórica de la Academia de Ciencias de Göttingen. Esta primera obra, publicada en 1978, ha sido traducida al inglés, español por Manuel Atienza e Isabel Espejo, italiano, portugués, chino, lituano, coreano y croata.
En 1984 obtuvo la habilitación con el libro Teoría de los derechos fundamentales (Theorie der Grundrechte) para enseñar las asignaturas de Derecho Público y Filosofía del Derecho. La habilitación en Alemania es una investigación que se realiza para poder acceder a ejercer la docencia (venia docendi) como profesor en la universidad. Tiene la característica de ser una nueva investigación después de la tesis y de gran exigencia académica. Esta segunda obra, publicada en Baden-Baden en 1985 ha sido también traducida al español en el centro de Estudios Políticos y Constitucionales, en dos ocasiones, la primera realizada por Ernesto Garzón Valdés y la segunda por Carlos Bernal Pulido. Además se ha traducido al inglés, al italiano, al portugués, al coreano y al polaco. Posteriormente ha escrito otras monografías y numerosos artículos que suman más de 180 publicaciones.
La fama intelectual del profesor Alexy y sus aportaciones al Derecho han sido reconocidas mundialmente, como lo demuestra el hecho de que desde el año 2008 ha recibido el nombramiento como doctor honoris causa en un total de quince universidades, a saber: la Universidad de Alicante, Buenos Aires, Tucumán, Amberes en Bélgica, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima, la Universidad Ricardo Palma en Lima, la Universidad Federal brasileña en Teresina, la Karls-Universität en Praga, la Universidad de Coimbra, la Universidad Federal brasileña de Rio Grande del Sul en Porto Alegre y en Belo Horizonte, la Universidad del Oeste de Santa Catarina en Chapecó, la Universidad Federal en Rio de Janeiro y la Universidad del Rosario en Bogotá. Además un premio muy querido y entrañable para él fue el que le otorgó la ciudad de Kiel en el año 2013.
Antes de seguir insistiendo en su reconocido prestigio, abordemos los contactos que mantiene con la Facultad de Derecho de Zaragoza. Es por mi parte un deber de agradecimiento con el profesor Gil Cremades destacar que fue él quien me indicó la conveniencia de ir a Kiel a trabajar con el profesor Alexy. Mis primeros contactos comenzaron a través de la Academia europea de Teoría del Derecho de la Universidad de Saint Louis de Bruselas, ya en el año 1991. Ambos formamos parte del cuadro de profesores del Máster de la Academia Europea de Teoría del Derecho de nivel internacional que se organizó desde el año 1991 hasta el año 2009 en las dos universidades de Bruselas, Facultés Universitaires Saint Louis (ahora denominada Université Saint Louis) y Katholieke Universiteit Brussel. El cuadro de profesores estaba formado por filósofos del derecho europeos de renombre, como Neil MacCormick, Aulis Aarnio, Aleksander Peczenik, André-Jean Arnaud, François Ost etc. En mi caso, se logró el objetivo de realizar una estancia de investigación en Kiel en la Universidad Christian-Albrechts, con una beca de la Asociación Alexander von Humboldt y bajo el patrocinio del profesor Alexy, durante los años 1996 y 1997, renovando posteriormente varias de las estancias de investigación, también recientemente en junio y julio de 2013, como becaria Alexander von Humboldt. Fruto de la primera estancia fue la monografía Las acciones positivas para la igualdad de oportunidades laborales entre mujeres y hombres. Un análisis de la legislación alemana y la Directiva 76/207/CEE desde la teoría de la argumentación de Robert Alexy, publicada en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, en el año 2003, en la colección dirigida por el profesor Rubio Llorente. A esa investigación se debe el que fuera llamada a elaborar los trabajos pre-legislativos de la Ley Orgánica para la igualdad entre mujeres y hombres 3/2007, hoy en vigor. Detrás de ello subyace la importancia de transferencia de conocimientos desde la academia a la realidad social, con el fin de mejorar en la práctica la justicia y la igualdad. Ello refleja a su vez la influencia del profesor Alexy en una norma legislativa española a través de una discípula suya.
El profesor Alexy ha colaborado también en el Programa de doctorado de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza, impartiendo una sesión del mismo en el año 1999, que versó sobre un texto entonces inédito titulado: “Derecho injusto, retroactividad y principio de legalidad penal. La doctrina del Tribunal Constitucional federal alemán sobre los homicidios cometidos por los centinelas del Muro del Berlín”.
Durante el 24 y 25 de marzo de 2015, el profesor Alexy fue el protagonista principal en un seminario de la Fundación Giménez Abad y la Fundación Alexander von Humboldt, celebrado en la Aljafería de Zaragoza, habiéndose dedicado el seminario a su teoría de la argumentación como un homenaje por su 70 cumpleaños, con el título “Los principios y la interpretación judicial de los derechos fundamentales”. El seminario se celebró como parte de las actividades científicas que los becarios Humboldt desarrollan bajo el título de “Humbodlt Kollegs” (coloquios) dirigidos a los investigadores humboldtianos y abiertos al resto de la comunidad científica. Un gran número de profesores de la Facultad de Derecho participó activamente en dicho seminario. Las intervenciones se han publicado en un volumen bilingüe español/alemán, editado por la Fundación Giménez Abad, junto con la Fundación Alexander von Humboldt de Alemania y la editorial Marcial Pons.
En cuanto a la cuestión de fondo de las aportaciones del profesor Alexy se han centrado en los problemas de interpretación judicial de los derechos constitucionales. Algunos juristas intentan negar los problemas de colisión o de conflictos entre derechos fundamentales por miedo a caer en una excesiva arbitrariedad por parte de los jueces o en el creacionismo judicial. De ahí que intenten seguir manteniendo la prioridad de la ley y negando la importancia de la discrecionalidad judicial. El profesor Alexy, sin negar la sumisión del juez a la ley, afirma que éste ejerce siempre una tarea interpretativa y que debe de adquirir un método adecuado para motivar y argumentar la construcción de las sentencias y los fallos que se siguen de ellas. Alexy es uno de los más destacados creadores y defensores de la teoría de la ponderación judicial.
Según Alexy, los elementos que entran en colisión en los conflictos constitucionales son principios. Estos son en abstracto válidos y consistentes, pero en determinadas situaciones concretas puedan dar lugar a conflictos. Sólo en presencia de un caso concreto se hace presente la incompatibilidad. Robert Alexy defiende la tesis de los principios como mandatos de optimización. Para este autor los principios son normas que ordenan que algo sea realizado en la mayor medida posible, dentro de las posibilidades jurídicas y reales existentes.
Los conflictos entre principios son resueltos a través de un mecanismo llamado ponderación. La imagen evoca una balanza en la que distintas normas son pesadas y la decisión final dependerá del peso que tenga cada uno de los principios en las circunstancias del caso a decidir: prevalecerá la solución establecida por aquel principio de mayor peso, ya que habrá inclinado la balanza a su favor.
No hay una jerarquía entre los principios, sino que se establece una relación de precedencia condicionada, dependiendo de las circunstancias del caso concreto. Y es aquí donde entra en juego el principio de proporcionalidad, que resume los criterios utilizados por el Tribunal Constitucional alemán, los cuales a su vez han sido recogidos por la jurisprudencia constitucional española y por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
En sus últimos escritos, Alexy ha desarrollado su teoría sobre la fórmula del peso. Los críticos de este intento de racionalización señalan que es imposible escapar de la discrecionalidad judicial y de la valoración que los jueces hacen para priorizar un derecho sobre otro. En los casos de conflicto, no es que Alexy niegue el contenido de uno de los derechos fundamentales, sino que afirma lo complicado que es su ejercicio concreto, debido a los límites prácticos a la hora de ejercerlos. Por otro lado, el resultado de la ponderación no siempre consiste en que cedan los derechos de una parte, sino que pueden llegarse a soluciones armonizadas, en las que cada parte ceda un poco o adapte sus derechos de algún modo a las exigencias requeridas por la otra parte (persona, Estado o bien colectivo).
Si examinamos la teoría de la ponderación, en ella la aplicación del sentido de proporcionalidad en sentido estricto y la fórmula del peso no se escapan de la necesidad de hacer valoraciones, ya que dar peso a uno u otro derecho implica dar valores a los elementos de la fórmula. El mismo Alexy ha insistido en que su teoría es “no positivista” y que en el momento de interpretar y aplicar la norma se debe de buscar la solución lo más justa posible.
La influencia de su teoría de la argumentación en el mundo jurídico ha hecho que sea citado literalmente en las sentencias de muchos tribunales constitucionales, como el de Perú o el de Méjico. Por ejemplo, en una sentencia del pleno del Tribunal Constitucional de Perú, publicada el 16 de abril de 2014, se aplican los pasos que Alexy establece del principio de proporcionalidad ordenando “que los Supermercados Peruanos S.A. Plaza Vea permitan que los demandantes con discapacidad visual ingresen en sus instalaciones acompañados de sus perros guía, garantizando la permanencia en tales locales de manera ilimitada, constante y sin traba” (EXP. Nº 02437-2013-PA/TC). Quizá sea mera coincidencia pero el secretario relator del TC que firma esta sentencia es Oscar Díaz que realizó su tesis doctoral en el programa de doctorado de Derechos Humanos de nuestra Facultad. Otros doctorandos, ya doctores del mencionado programa como Alejandra Flores han investigado y llevado el pensamiento del Profesor Alexy a otras universidades, como la Universidad Autónoma del Estado de México. Recientemente hemos editado conjuntamente una monografía en homenaje al profesor Alexy titulada El neoconstitucionalismo en la teoría de la argumentación de Robert Alexy. Homenaje en su 70 aniversario, (México, editorial Porrúa y Universidad Autónoma del Estado de México, 2015, 260 p).
También en España su teoría ha tenido una gran influencia en el Derecho Constitucional español, además de en la Filosofía del Derecho. Pero no es el momento en esta laudatio de seguir profundizando en el pensamiento del profesor Alexy, sino que debemos señalar sus numerosos méritos. Entre ellos están el haber liderado como Presidente la sección alemana de la Asociación Internacional de Filosofía del Derecho alentando la investigación (Präsident der Deutschen Sektion der Internationalen Vereignigung für Rechts-und Sozialphilosophie). Desde el año 2002 es miembro de la Academia de Ciencias de Gotinga (Göttingen). Del mismo modo ha estado presente en la Asociación Internacional de Filosofía del Derecho. Recuerdo su presencia en el Congreso de Bolonia en 1996, junto con grandes figuras como la de Dworkin o Habermas. Otro de los congresos que tengo grabado en mi memoria es el de Frankfurt en 2011, el XXV Congreso Internacional. Dio una de las ponencias magistrales y estuvo presente durante todo el congreso en las intervenciones de los demás. Siempre me ha llamado la atención su humildad para escuchar las aportaciones de los otros y también el que se toma en serio los comentarios y las críticas.
Recientemente escribía en el prólogo al libro que acabamos de mencionar: “La ciencia es esencialmente discurso. El discurso es el intercambio de pensamientos que persiguen la veracidad o la precisión. Si estos pensamientos están de acuerdo o en desacuerdo, eso es lo de menos…Se puede regalar muchas cosas a la gente, y se les debe ofrecer con frecuencia algún regalo. Pero para un científico, el regalo más grande es la discusión sobre su trabajo”.
Su capacidad de escucha y de intercambio científico le ha conducido a ser generoso y a trasmitir sus cualidades personales de investigador a los de su alrededor. Ha dirigido la tesis a una gran cantidad de doctorandos de diversos países, desde el alejado continente asiático, como Japón, Corea y China, hasta Latinoamérica, siendo especialmente apreciado en Colombia y Argentina. Es significativa la palabra que se usa en alemán para designar al director de tesis Doktorvater, es decir “padre del doctorando”. Asimismo ha acogido bajo su patrocinio a varios investigadores becados por la Fundación Alexander von Humboldt, entre los que me encuentro. Entre ellos, sé que ha tenido cierta predilección por algunos de los países del Este, como Estonia, Polonia y República checa. Lo que le ha llevado, por ejemplo, a ser el elaborador de la Constitución de Estonia, después de que este país báltico recuperara su independencia tras la desmembración de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
La estancia que realicé nuevamente en 2013 con el profesor Alexy gracias al apoyo de la Fundación Alexander von Humboldt, y gracias a su lema <<una vez humboldtiano, siempre humboldtiano>> (Einmal Humboldtianer, immer Humboldtianer), fue especialmente emotiva, ya que el profesor Alexy impartió su última clase y estuvo en el último seminario de doctorandos, debido a que se jubilaba en septiembre de ese mismo año, pasando a ser profesor emérito. Comprobé con alegría que se mantenían las sanas tradiciones de la Cátedra presidida por el profesor Alexy, la amable acogida a todos los que venían a hacer tesis o a investigar en su Departamento, la prueba de fuego de exponer un tema en el seminario de doctorandos y de investigadores visitantes, que solía dar como fruto alguna publicación en revistas de prestigio. Se conservaba el savoir faire de la acogida de todos, el buen ambiente, el trato amable, die gute Manieren, en suma las buenas maneras.
Además de su producción académica y los numerosos doctorados honoris causa que ha recibido, querría hacer aquí mención de las muchas virtudes del profesor Alexy, como persona. Destacaré su laboriosidad incansable, el cumplimiento de su deber como profesor, asumiendo en primera persona todas las clases que le correspondían, su clara docencia, que le hacía ser muy querido y valorado por los alumnos, recibiendo evaluaciones positivas de la docencia, su férrea disciplina, su rectitud, la humildad intelectual, que le llevaba a recibir con sencillez las críticas recibidas a su obra, su bonadicencia, es decir el que nunca le haya oído hablar mal de nadie, quizá sea esa una más de las razones por las que le cunde tanto el tiempo, el tomarse en serio las aportaciones de todos, la actitud de no despreciar nunca a nadie, de acoger a todos sin discriminaciones, su coherencia de vida entre lo que dice y lo que hace, su visión de la universidad, de la investigación, y de la ayuda desinteresada, el saber y saber trasmitir.
Durante mi año de estancia en Kiel asistí durante el curso académicoa todas sus clases de Derecho Constitucional, de Lógica Jurídica y a los seminarios de Filosofía del Derecho para estudiantes. Las clases de la primera de las asignaturas citadas se impartía en el auditorio de la universidad (Auditorium Maximum) y estaba siempre lleno a rebosar.
El profesor Alexy recibió durante su vida varias ofertas de trabajo en otras universidades alemanas, como en la Universidad de Regensburgo en 1986, la Universidad de Graz en Austria en 1991 y finalmente en la Universidad de Gotinga en 1998. Es lo que los alemanes denominan el ruft, la llamada. En todas esas ocasiones decidió quedarse en Kiel. Eso le sirvió, entre otras cosas, para negociar con su facultad mayores dotaciones para la biblioteca de Kiel, que gracias a ello dispone de unos excelentes fondos en el campo de la Filosofía del Derecho.
Quiero concluir agradeciendo a la Facultad de Derecho la acogida y el apoyo la iniciativa de conceder al profesor Robert Alexy el título de Doctor honoris causa por la Universidad de Zaragoza, votando la propuesta por unanimidad en la Junta de Facultad. Hago extensivo este agradecimiento a los representantes del alumnado que participaron en esa votación con una gran presencia y entusiasmo.
Hago extensivo este agradecimiento, en segundo lugar a la Comisión de Doctorado de la Universidad de Zaragoza, que en estos años de reforma del doctorado está realizando una tarea incansable para agilizar los trámites y velar por la calidad de los programas de doctorado. Igualmente no querría dejar de nombrar a la sección de doctorado y a la Escuela de Doctorado. Así como a la Junta Consultiva de la Universidad que avaló dicha solicitud y al Consejo de Gobierno, que acordó en última instancia concederla.
La Universidad de Zaragoza se honra en acoger en su claustro como doctor honoris causa a un universitario ejemplar. Lo cual es un honor también para quienes nos sentimos intelectualmente en deuda con el profesor Alexy, doctor honoris causa por nuestra universidad.
María Elósegui Ichaso