Manuel Asorey Carballeira, José Vicente García Esteve
Es para mí un gran honor realizar la laudatio de Juan Ignacio Cirac Sasturáin con motivo de su investidura como doctor honoris causa por nuestra universidad.
En octubre de 1997 tuvo lugar en Almagro (Ciudad Real) un Taller de Información Cuántica que despertó un interés desconocido hasta entonces en la Física Teórica española. Era el primer encuentro celebrado en España sobre un tema que emergía con fuerza en el panorama internacional: La Teoría de Información Cuántica. Muchos participantes viajaron a Almagro con un cierto sentimiento de peregrinación iniciática a un nuevo campo científico que comenzaba a brillar en la esfera internacional. El responsable de todo aquello no era otro que Juan Ignacio Cirac que acababa de lograr una cátedra de Física en la Universidad de Innsbruck en Austria.
Dos años antes había surgido también de forma sorprendente el Centro de Física de Benasque, merced a la iniciativa personal de Pedro Pascual, otro doctor, en este caso, ordinario por la Universidad de Zaragoza, y a la sazón catedrático de Física Teórica de Universidad de Barcelona, José Ignacio Latorre profesor titular de la misma universidad y la mía propia desde la Universidad de Zaragoza. Inmediatamente Pedro Pascual le propuso a Ignacio Cirac dedicar todas las sesiones del Centro de Física de Benasque del año 1998 a la teoría de información cuántica. Así fue como comenzó la colaboración de Ignacio Cirac con el Centro de Benasque. El encuentro de julio de 1998 duró tres semanas y fue todo un éxito. Contribuyó de forma notable a afianzar el Centro como un foco científico de primer nivel, más allá de la Física de Partículas. Ello se debió al gran poder de atracción que tanto Ignacio Cirac como su colaborador Arthur Eckert ejercieron sobre las primeras figuras del panorama internacional. Fue el primer gran encuentro de Información Cuántica realizado en España.
Desde entonces los encuentros de Información Cuántica se vienen repitiendo con carácter bienal en Benasque y por su prestigio e impacto continúan figurando entre los de máximo nivel. Con el transcurrir de los años el encuentro de Benasque ha ido adquiriendo unas características singulares, que lo hacen todavía más atractivo. La discusión franca y abierta de los problemas candentes, fuera de las rígidas normas de los congresos al uso, y la presencia de los mejores especialistas constituyen la clave del éxito de los encuentros de Benasque.
El entusiasmo de Cirac hizo que fuese propuesto para formar parte del comité científico de Centro de Benasque, que en 2006 pasó a denominarse Centro de Ciencias de Benasque Pedro Pascual, siendo la Universidad de Zaragoza uno de sus cuatro patrones fundadores, junto al Gobierno de Aragón, la Diputación de Huesca y el Ayuntamiento de Benasque. La participación de Ignacio Cirac en el impulso del Centro ha sido importantísima, especialmente en estos tiempos de crisis y recortes que estamos sufriendo. Contribuyó a disipar algunos negros nubarrones que se cernían sobre nosotros, anteponiendo en algunos casos su firme compromiso con el Centro a sus propios intereses profesionales.
Este ambiente de estrecha colaboración fue extendiéndose a otras actividades de la Universidad de Zaragoza. Atrajo como colaboradores a varios de nuestros mejores estudiantes incorporándolos con contratos de larga duración a su Instituto de Garching y apoyó a nuestro grupo de Física Teórica en todas las ocasiones que se lo solicitamos. En esta misma semana participa en las Jornadas de Información Cuántica que se celebran por primera vez en Zaragoza.
La fama de Ignacio Cirac proviene de sus pioneros trabajos en la Teoría de Información Cuántica y figuran entre los más destacados de esta disciplina. En particular, su original propuesta de realizar computación cuántica utilizando láseres e iones atómicos atrapados por campos magnéticos, figura como unos de los hitos de la teoría de información cuántica. Dicho trabajo, realizado en colaboración con Peter Zöller, ha recibido hasta la fecha 2000 citas y ha sido la primera propuesta completa de implementación experimental de computación cuántica. Otra contribución suya espectacular, también realizada junto con Peter Zöller y dos colaboradores más, consiste en utilizar los átomos atrapados en retículos ópticos mediantes láseres para realizar simulaciones cuánticas de sistemas físicos, un viejo sueño que Richard Feymann había formulado en 1980.
Con más de 300 publicaciones Ignacio Cirac ha alcanzado un renombre mundial. Sus trabajos han recibido más de 34 000 citas y figura desde hace varios años como uno de los más firmes candidatos al Premio Nobel de Física. Actualmente es director del prestigioso Max-Planck Institute of Quantum Optics de Garching en Alemania y catedrático honorario de la Universidad Técnica de Munich. Anteriormente había sido profesor titular de la Universidad de Castilla la Mancha y catedrático de la Universidad de Insbruck en Austria.
Es de destacar que tanto sus estudios de Física como el doctorado los obtuvo en una universidad pública española, la Universidad Complutense de Madrid. Su larga lista de premios incluye el Premio Príncipe de Asturias, la medalla del Instituto Niels Bohr de Copenhague y la medalla Benjamin Franklin de la Fundación Benjamin Franklin con sede en Philadelphia. El año pasado obtuvo, conjuntamente con Peter Zöller, el premio Wolf de Física, considerado como una antesala del Premio Nobel, dado el gran número de los galardonados han recibido posteriormente el Nobel. Cirac es el único científico español que ha obtenido tan prestigiosa distinción.
Los deslumbrantes trabajos de Ignacio Cirac explotan las cualidades de la Mecánica Cuántica hasta sus límites extremos y se enmarcan en la gran tradición de la Universidad de Zaragoza en este campo. Desde el ex-rector Justiniano Casas, firme defensor de la enseñanza de la Física Cuántica, a todos los miembros del Departamento de Física Teórica, cuyo director José García Esteve apadrina esta investidura, la Física Cuántica figura con letras de oro en la Universidad de Zaragoza. No es extraño, por lo tanto, que el primer libro español sobre mecánica cuántica de José María Íñiguez haya sido publicado en nuestra universidad y que el libro español más citado de Mecánica Cuántica sea obra de dos ex-alumnos de esta universidad: Alberto Galindo, ilustre catedrático de las Universidades de Zaragoza y Complutense de Madrid y el ya mencionado Pedro Pascual de las de Valencia y Barcelona.
Querido Ignacio, por todo ello, y conociendo el origen aragonés de tu familia, en la Universidad de Zaragoza nos sentimos muy orgullosos de acogerte en nuestro claustro de doctores con honoris causa glosando a Baltasar Gracián: “Entendimiento sin agudeza ni conceptos, es sol sin luz, sin rayos y quantos brillan en las celestes lumbreras son materiales con los del ingenio”.
Dixi.
Manuel Asorey Carballeira