Es un gran honor para mí introducir al Profesor Paul Rodney McHugh en esta ceremonia, para ser investido con el título de doctor honoris causa por la Universidad de Zaragoza.
El Prof. McHugh es un científico e investigador de máxima reputación, un maestro y mentor extraordinario, y el gestor que ha construido uno de los mejores departamentos de Psiquiatría en los EE.UU. Ha mantenido colaboración con la Universidad de Zaragoza todos estos años y es además un hombre excepcional a quien me gustaría que ustedes conozcan mejor.
Nación en Lawrence, Massachussets, hijo de un profesor del colegio Lowell High School y un ama de casa. Creció y fue educado en el área de Boston y completó su formación en la Phillips Academy, en Andover. Se graduó en el Harvard College, y después alcanzó su grado Médico en la Facultad de Medicina de Harvard, en 1956. También completó su internado en uno de los hospitales docentes de Harvard, el Peter Bent Brigham Hospital (ahora Brigham and Women's Hospital).
El Prof. McHugh siguió una trayectoria inusual en psiquiatría, y es evidente que desde muy temprano en su carrera se apartó de algún enfoque de moda en la disciplina, pero que resultaba poco sólido. Por sugerencia de uno de sus mentores, hizo primero la especialidad de Neurología, antes de entrar en el campo de la Psiquiatría. Hoy en día aquella recomendación puede parecer lógica, pero resultaba muy notable en aquel momento, en la atmósfera psicoanalítica de Boston, y de hecho de la psiquiatría norteamericana. “…aquello sucedió antes de que nadie ni siquiera hablase de neurociencia”. Fue aceptado para completar su residencia en Neurología en el Massachusetts General Hospital, el hospital docente de Harvard y a continuación un fellowship en neuropatología, donde estudió tres años con el afamado profesor Raymond Adams. Simultáneamente, fue fellow docente en Neurología y Neuropatología en la Harvard Medical School.
Fue después de este período formativo cuando marchó a Gran Bretaña para formarse en psiquiatría con Sir Aubrey Lewis, para muchos el padre de la psiquiatría británica, quien entonces dirigía el Maudsley Hospital y el Institute of Psychiatry en la Universidad de Londres. La psiquiatría científica que aprendió allí, que ha sido llamada psiquiatría empírica, antecesora de lo que ahora se denomina psiquiatría basada en la evidencia, determinó la dirección de su carrera y, eventualmente, su docencia. Esta formación ha permitido al Prof. McHugh su certificación como especialista tanto en Psiquiatría como en Neurología, por los correspondientes Board americanos. Tras un período de trabajo en el Walter Reed’s Hospital and Institute of Research, Division of Neuropsychiatry, en Washington D.C., en 1964 fue nombrado Assistant Professor de Psiquiatría y Neurología en el Cornell University Medical College de Nueva York, donde eventualmente ascendió al rango de Professor. En estos puestos fue fundador y primer director del Bourne Behavioral Research Laboratory, donde encabezó la investigación biológica básica en los primates, una dirección que, como veremos, también marcó su trayectoria investigadora.
Desde este puesto fue nombrado además director clínico y director del Programa de Residentes del New York Hospital-Westchester Division de Cornell. En la atmósfera psicoanalítica de Nueva York en la década de los sesenta y tempranos setenta, este nombramiento de un científico como P. McHugh fue controvertido. Sin embargo, quien ahora escribe escuchó al Profesor William Lhamon, que ostentaba la Cátedra de Cornell en esos momentos, hablando de modo informal: “Vaya, se trata de la mejor decisión que he tomado en toda mi vida académica”. Desde esos puestos, transformó la práctica clínica, la docencia y la investigación en aquél hospital. Los pilares para sustentar un excepcional programa por parte de aquél enérgico psiquiatra académico fueron el compromiso con la excelencia en la atención clínica; su enfoque empírico, basado en datos, su énfasis en la investigación desde muy temprano y su docencia apasionada y vigorosa. Fue su enfoque, pero también el entusiasmo y energía contagiosa de este hombre los que atrajeron a brillantes estudiantes americanos, eventualmente líderes de departamentos en su país, tales como Marshall F. Folstein, Robert G. Robinson o John Breitner.
Con este bagaje, fue nombrado Professor and Chairman del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oregón, donde cambió la orientación del Departamento como había hecho en Cornell. Sin embargo, muy pronto, en 1975, fue nombrado Henry Phipps Professor of Psychiatry, y director del departamento, Psychiatrist-in-Chief en el Johns Hopkins Hospital; y Professor en la Escuela de Higiene y Salud Pública de Johns Hopkins, en Baltimore. El Departamento de Psiquiatría y Ciencias de la Conducta en esta institución había ocupado un lugar distinguido en el campo de la psiquiatría, desde la apertura de la Henry Phipps Psychiatric Clinic en 1913. Los primeros treinta años (1910-1940) fue dirigida por Adolf Meyer, en aquellos años líder de la psiquiatría americana, adecuadamente titulada meyeriana antes de que llegase el psicoanálisis. Pero la situación era muy distinta en los años setenta. Cuando el Prof. McHugh llegó para hacerse cargo del departamento, su tarea supuso un buen reto. Solomon Snyder, el prestigioso neurocientífico, manifestó durante la celebración de un aniversario: “Cuando él llegó las cosas eran caóticas en psiquiatría…” “Si bien había algunos médicos brillantes en el staff, el claustro estaba dividido tan firmemente en campos teóricos que gestionar una investigación cohesionada y programas formativos coordinados era imposible”. “Él se hizo cargo de un departamento tambaleante y lo volvió a colocar en el mapa nacional”.
El Prof. McHugh llegó a Hopkins con algunos de sus mejores miembros en el equipo de Cornell y desde el principio su meta fue crear un departamento de psiquiatría modélico. Llevó a su nuevo departamento hasta sus bases, apareciendo en sus unidades para hablar con los residentes y el staff sobre procedimientos diagnósticos estándar y decisiones terapéuticas, y enfocando los esfuerzos clínicos y de investigación en especialidades afines a su filosofía y a las fortalezas de su claustro de profesores. En tiempos de excesos interpretativos de los psiquiatras psicodinámicos, se mantuvo desde muy temprano alerta, ante alguna orientación equívoca en la disciplina. En brillantes ensayos, tales como “Psychiatric misadventures…”, no le importó afrontar controversias cuando fueron necesarias, y su nombre ha llegado a ser sinónimo de la desmitificación de la psiquiatría. Algunos de sus comentarios reflejan su postura filosófica. “La Psiquiatría, debería ser siempre recordado, es una disciplina médica”… “Puede ser más vulnerable a ciertos errores que otras disciplinas clínicas, en vista de la carencia de chequeos y correctivos tales como las autopsias y los test de laboratorio que protegen a otras especialidades médicas…” “Ciencias tales como la epidemiología, genética, y neurofarmacología, que apoyan y circundan a la psiquiatría contemporánea, están proporcionando nuevo poder a nuestra práctica, exactamente igual que sucedió con la ciencia en la medicina interna y la cirugía a comienzos de este siglo. Sólo aquellos médicos con capacidad crítica –que contemplan la estructura conceptual de esta disciplina y pueden diferenciar opiniones válidas de las inválidas- serán competentes para utilizar estos nuevos conceptos científicos y tecnologías de modo productivo”.
Hacia 1983, como resultado de su experiencia, su postura filosófica en la disciplina cristalizó, y la visión de su departamento fue expuesta en importantes lecciones magistrales y escritos. Con su colega P. Slavney, un antiguo residente de su programa, escribió un libro clásico, emblemático, las Perspectivas de la Psiquiatría, que ha descrito el enfoque de Hopkins para la atención clínica, la docencia y la investigación. Se trata de un trabajo que intenta aplicar de modo sistemático los mejores trabajos de neurocientíficos, conductistas, psicoterapeutas, científicos sociales y otros especialistas, que durante mucho tiempo se llevaban mal entre sí. El libro fue traducido a varias lenguas, y la traducción española se publicó por Prensas Universitarias de Zaragoza. Este influyente libro fue distribuido mediante un programa especial del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Zaragoza a más de 4000 psiquiatras en España.
Algunos comentarios reflejan su postura: “Durante mucho tiempo hemos mantenido que la psiquiatría necesita una nueva estructura conceptual”… “Tal estructura insistiría en la descripción de trastornos mentales acorde con su naturaleza esencial y no sólo por sus apariencias. Una definición de este tipo debería generar investigación dirigida por hipótesis (hypothesis-driven) y eventualmente, al establecer constructos válidos, esenciales, promovería tratamientos racionales para reemplazar a los tratamientos sintomáticos. Ha enfatizado también que el enfoque de la vida psicológica humana necesita cuatro niveles de expresión diferenciados pero interrelacionados, que van desde los más fundamentados neurológicamente hasta los más desarrollados desde el punto de vista psicológico. Las cuatro perspectivas, que se describen en la lección del profesor investido, proporcionan la estructura que ha sido la inspiración del trabajo clínico, la docencia y la investigación en su Departamento de Psiquiatría desde entonces.
El Prof. Raymond DePaulo, un antiguo estudiante del Prof. McHugh, ostenta la Cátedra actualmente y ha continuado su trabajo. El resultado final de la reconstrucción del Departamento de Psiquiatría en Hopkins se refleja en su web oficial: “Proporcionamos servicios de psiquiatría comunitaria así como interconsultas, clínicas, unidades de hospitalización y hospitales de día en más de una docena de áreas especializadas”… “La profundidad de nuestra experiencia clínica, y la amplitud de nuestros programas de investigación nos permiten formar a estudiantes de medicina y producir la próxima generación de psiquiatras y científicos que serán líderes en la clínica y en la investigación”… “Nuestros programas de investigación clínica, que están íntimamente relacionados con la atención a los pacientes, van desde estudios sobre la eficacia y la respuesta a los tratamientos hasta ensayos clínicos y la epidemiología. La investigación básica que estamos abordando abarca la bioinformática, genética, neurociencia y biología molecular. Todos estos esfuerzos luchan por descubrir las vías causales de los principales trastornos psiquiátricos y utilizar este conocimiento para desarrollar métodos prácticos para mejorar su reconocimiento, diagnóstico y tratamiento”. “De modo sistemático se nos sitúa en el ránking como uno de los dos mejores programas psiquiátricos en los EE.UU. en cuanto a la atención clínica, de acuerdo con el U.S. News and World Report” (el primer lugar en el último informe)…”El departamento también se sitúa consistentemente en el ránking nacional entre los mejores departamentos de investigación psiquiátrica financiada por los National Institutes of Health”. Nuestro departamento académico en Zaragoza ha mantenido programas de colaboración con el departamento de Hopkins mediante profesores visitantes, estancias de residentes y estudiantes de medicina e investigación colaborativa. Esperamos que estos enlaces sean fortalecidos en el futuro.
Fui suficientemente afortunado como testigo de la actividad del Prof. McHugh como maestro, puesto que comencé mi residencia con él en Cornell, y eventualmente fui uno de los psiquiatras que lo siguieron a Hopkins. El feverish enthusiasm descrito por el ensayista Joseph Epstein, anterior editor de The American Scholar (que con frecuencia ha publicado sus ensayos), fue siempre evidente en sus enseñanzas. Ha sido un director excepcionalmente ingenioso, capaz de proporcionar notables niveles de apoyo y ánimo a sus discípulos. Marshall Folstein, el autor con el Prof. McHugh del “Mini-Mental Status Examination” (Citation Classic, 1989) (versión española “Examen Cognoscitivo Mini-Mental”), el sencillo test de screening cognitivo que ha tenido un éxito impresionante y se utiliza en todo el mundo, se ha referido a su mentor en los siguientes términos: … “Sus ideas siempre han ido 10 ó 15 años por delante en la psiquiatría de su país, y por ello sus discípulos siempre estuvieron en las primeras líneas de la investigación y la práctica clínica”. El Prof. McHugh ha sido el “mentor de una larga generación de psiquiatras (más de 300 residentes) y científicos en EE.UU. y en otros países; y algunos de ellos han ocupado puestos de liderazgo en la psiquiatría académica” (incluyendo las Cátedras de Harvard, Tuffts, Iowa, Penn State o el mismo Johns Hopkins). Esto puede explicar por qué fue dotada en Hopkins la Paul R. McHugh Chair in Psychiatry en el año 2.000 con donaciones por parte de antiguos discípulos y colegas. La cátedra se dedica a la investigación en las conductas motivadas tales como la conducta alimentaria o las adicciones y ha sido ocupada desde entonces por el Prof. Timothy Moran.
Si bien los principales esfuerzos del Prof. McHugh se dedicaron a la construcción de su departamento, ha realizado importante investigación y ha publicado cerca de 200 trabajos en las principales revistas de la disciplina. Describió por vez primera el hidrocéfalo de presión normal y la demencia consiguiente, y fue uno de los primeros describiendo los trastornos del cortisol en pacientes con depresión. Fue el investigador principal en becas del United Public Health Service, N.I.H., en los EE.UU., y también ha hecho importantes contribuciones en la psicopatología de la enfermedad de Alzheimer, la Corea de Huntington y otras enfermedades neurológicas. Además de su trabajo de colaboración en el campo de la psiquiatría clínica, ha realizado importante investigación básica, de laboratorio, en relación con las conductas motivadas, tales como el hambre, la sed, la vida sexual y el sueño, que siguen abiertas en esta era de múltiples niveles de análisis que van desde la biología molecular hasta la ciencia social (publicadas en revistas tales como Brain, Science, Am. J. Physiol., Annals of the New York Academy of Science). También ha publicado libros y capítulos en algunos de los principales textos de la psiquiatría.
Es miembro de Consejos Editoriales en una serie de revistas psiquiátricas, que incluyen Psychological Medicine, International Review of Psychiatry, y The European Journal of Psychiatry, editada desde la Universidad de Zaragoza. Es o ha sido miembro de Research Advisory Groups, incluyendo los de instituciones tales como el National Institute of Health, NIH; ha formado parte de Consejos Editoriales en revistas psiquiátricas incluyendo el American Journal of Physiology, y ha ocupado puestos tales como presidente de la Association for Research in Nervous and Mental Disease (ARNMD).
Por encima y más allá de sus publicaciones profesionales, ha escrito ensayos y artículos de difusión en temas psiquiátricos, publicados en The American Scholar, The Wall Street Journal, Commentary, The Weekly Standard, o The Chronicles of Higher Education. Su ensayo “Psychiatric Misadventures”, publicado en The American Scholar, fue considerado Best American Essay en 1993. Un tema central en sus ensayos se relaciona con la desmitificación de la psiquiatría: …“Sin embargo, probablemente a causa de las tempranas experiencias de Freud y Jung, persiste la creencia de que los psiquiatras tienen derecho a privilegios especiales –de que conocen el secreto de la naturaleza humana- y por tanto pueden aventurarse más allá de sus competencias basadas en la clínica para instruir en temas no médicos: interpretar la literatura, aconsejar al electorado, prescribir para el millennium… Al afirmar que la psiquiatría es simplemente una disciplina médica, ha enfatizado que “nosotros los psiquiatras no conocemos el secreto de la naturaleza humana. No podemos construir una nueva Jerusalén. Pero podemos enseñar las lecciones de nuestro pasado. Podemos describir cómo nuestras interpretaciones de los trastornos mentales han sido concebidas y desarrolladas, dónde son sólidas y dónde vulnerables a una mala utilización. Podemos clarificar las presunciones sobre lo que sabemos y cómo lo sabemos. Podemos esforzarnos, dentro de las responsabilidades tradicionales de nuestra profesión, para construir unas sólidas relaciones con las personas que nos consultan –colocándolas en términos de igualdad con nosotros - y animándolas para que se nos aproximen como lo harían con cualquier otro especialista médico”.
El Prof. McHugh ha pronunciado “Lecciones Invitadas” en instituciones de prestigio en diferentes países. Entre sus responsabilidades de gestión ha ostentado los siguientes puestos: Chairman of the Medical Board: The Johns Hopkins Hospital; Member of Management Advisory Committee: The Johns Hopkins Health System; Chairman of the Professorial Promotions Committee, The Johns Hopkins University School of Medicine. El enfoque y el método de promoción utilizado por este comité ha sido descrito en su “Letter of Experience” y fue considerado modélico por los editores de la más influyente revista médica española, Medicina Clínica (Barna.), que publicó su informe en 1991. También ha servido en el Board of Trustees/Advisors: The Kennedy Krieger Research Institute, Inc.; Association for Research in Nervous and Mental Disease; The College of Notre Dame of Maryland; President, Johns Hopkins Chapter, Phi Beta Kappa; President’s Council on Bioethics; United States Conference of Catholic Bishops National Review Board.
Ha disfrutado de diferentes Fellowships y puestos en su país, y es miembro de las más importantes asociaciones de medicina, psiquiatría y neurología, neurociencia, neurofarmacología, fisiología y psiconeuroendocrinología. Entre otros premios y honores, The Johns Hopkins University School of Medicine le nombró para su más alta distinción, como University Distinguished Service Professor, en honor “a una carrera que marcará de modo permanente a la psiquiatría como una ciencia hasta bien entrado el siglo XXI”. En el año 2001 fue nombrado por el presidente de los EE.UU. como presidente del Council on Bioethics y en 2002 por el United States Conference of Catholic Bishops para el National Review Board for the Protection of Children and Young People.
También ha obtenido distintos galardones: The Johns Hopkins University Alumni Association Excellence in Teaching Award; William C. Menninger Award, Amer. College of Physicians; The Distinguished Achievement Award, The New York Hospital-Cornell Med. Center, Ctr. Alumni Council; Member, Institute of Medicine, National Academy of Sciences; Joseph Zubin Award of the American Psychopathological Association; Distinguished Service Award, The American College of Psychiatrists; Visiting Scholar, The Phi Beta Kappa Society; Distinguished Life Fellow, American Psychiatric Association; Paul Hoch Award of the American Psychopathological Association; Rhoda and Bernard Sarnat International Award in Mental Health of the Institute of Medicine; Distinguished Career Award, Society for the Study of Ingestive Behavior.
Como dije al principio, además de ser un gran científico, Paul McHugh es una persona excepcional. Tom Wolfe, el escritor y aficionado a la neurociencia le dedicó una de sus novelas recientes, y le ha descrito como un hombre… “cuya brillantez, camaradería e inalterable amabilidad resuelve las dificultades”. Está casado con Jean, tiene tres hijos y seis nietos. Estos son sus mejores premios.
Distinguidas autoridades y miembros de la comunidad académica: en nombre del Departamento de Medicina, Psiquiatría y Dermatología, me gustaría expresar al Prof. McHugh que para esta Universidad con más de cuatro siglos de antigüedad, y especialmente para quienes le conocemos, respetamos y apreciamos, es un honor contar con él entre los miembros del claustro.