Bernd Schünemann nació el 1 de noviembre de 1944 en la localidad de Broistedt, de la Baja Sajonia, en Alemania. Tras finalizar su bachillerato en 1963, cursó estudios de Ciencias Jurídicas en las Universidades alemanas de Gotinga, Berlín y Hamburgo, y el 27 de mayo de 1967 superó el primer examen jurídico oficial del Estado con la máxima calificación de sobresaliente. Entre 1967 y 1971 escribió su monumental tesis doctoral sobre Fundamento y límites de los delitos de omisión impropios, dirigida por el profesor doctor Claus Roxin, y cuya lectura y defensa en 1971 le dio acceso al grado de doctor con la máxima calificación de summa cum laude. El 21 de julio de 1971 superó asimismo el segundo examen jurídico oficial del Estado con la máxima calificación de sobresaliente. Entre los años 1971 y 1975 ocupó y desempeñó una plaza de asistente científico del profesor doctor Claus Roxin en las Universidades de Gotinga y de Múnich, y en febrero de 1975 obtuvo en esta última Universidad la habilitación para el ingreso en el cuerpo de catedráticos de Universidad en las Áreas de Derecho penal, Derecho procesal penal y Filosofía del Derecho, con un trabajo de investigación sobre “Los cuatro niveles de la interpretación y aplicación del Derecho, ejemplificado en el Derecho procesal de casación”. Después de haber ejercido su Cátedra en varias Universidades alemanas (Bonn, Manheim y Friburgo de Brisgovia), así como el decanato en la Universidad de Manheim desde 1981 a 1983, en el semestre de invierno de 1990-91, y tras aceptar la correspondiente llamada, se incorporó a la Cátedra de Derecho penal, Derecho procesal penal, Filosofía del Derecho y Sociología del Derecho de la UniversidadLudwi g-Maximiliam de Munich, en la cual, además, también asumió desde su incorporación la Dirección del Instituto para las Ciencias penales completas. En estos cargos permanece hasta el presente, y es en la Universidad muniquesa donde el profesor Schünemann ha realizado y realiza su vasta y admirable obra científica, además de haber ejercido el Decanato de la Facultad de Ciencias Jurídicas durante 1998 y 1999, haber promocionado la fundación del Instituto para Abogados de la Universidad de Múnich en 1994, y asumido la Dirección de éste desde 1995.
El profesor doctor Schünemann ha sido distinguido con varios honores en diversos lugares del mundo, lo que acredita la trascendencia y el reconocimiento de su obra científica y de su dedicación universitaria a escala mundial. En 2005 le fue concedido el título de doctor honoris causa por la Universidad estatal de Mongolia en Ulan Bator, honor que asimismo le ha concedido la Universidad de Zaragoza en 2006. Es además miembro de honor de varias instituciones y entidades científicas, como la Sociedad Japonesa de Ciencias Penales y la Academia Mexicana de Ciencias Penales, profesor visitante de la Universidad japonesa de Chuo (Tokio) y profesor honorario del Instituto de Ciencias Penales de la Universidad Normal de Pekín en China, consultor especializado en Derecho penal, desde 1992 a 1998, en la Comisión de selección de la Fundación Alexander von Humboldt, y consultor del Congreso de Jurisconsultos alemán y del Parlamento alemán.
La obra científica del profesor doctor h.c. Bernd Schünemann es una de las más importantes y trascendentes de todos los tiempos y a escala mundial. En la actualidad casi se podría afirmar sin exageración alguna que su producción científica es prácticamente inabarcable, y no sólo por la cantidad de escritos que ha publicado en varios idiomas, sino por la pluralidad y variedad de la temática abordada y tratada en ellos. Treinta y seis libros, ya sea como autor, coautor, o compilador, ciento ochenta artículos en lengua alemana y otros ciento veinticinco publicados en otras lenguas encarnan la obra de este gran jurista alemán. Además de su obra científica teórica, el profesor Schünemann ha dirigido importantes proyectos de investigación de alcance internacional. Precisamente en 2006 culminó el proyecto del Programa AGIS de la Comisión europea sobre “Un concepto total para la Administración de justicia europea”, en el que han participado bajo su dirección penalistas y procesalistas de varios Estados miembros de la Unión Europea, y el cual ha sido recientemente publicado en alemán e inglés por la prestigiosa editorial alemana Carl Heymanns.
Se podría decir que en la actualidad Schünemann es el penalista de vanguardia mundial. Su pensamiento y su obra se mueven en dos direcciones. Por una parte dedica grandes esfuerzos al tratamiento crítico de los problemas jurídico-penales, procesales y iusfilosóficos de nuestro tiempo, indagando certeramente sobre sus causas y tomando posición cabal sobre el verdadero sentido de los mismos y su adecuado tratamiento. A esta dirección de su pensamiento corresponden sus afinados trabajos críticos sobre problemas —tan acuciantes hoy como trascendentes para el futuro—, como, por citar sólo algunos ejemplos, los relativos a las respuestas políticas, filosóficas y jurídicas que hay que dar a la protección del ambiente, a la globalización económica, a la criminalidad económica y empresarial, a la construcción del Derecho penal europeo, o a la preocupante penetración de algunas prácticas propias del proceso penal americano en el proceso penal de los sistemas jurídicos continentales. Pero por otra parte, y ésta sería la segunda dirección de su pensamiento, Schünemann debe ser visto como el guardador y custodio de los más sólidos fundamentos de la teoría penal que la dogmática jurídico-penal ha venido elaborando con ímprobo esfuerzo e intensa polémica a lo largo de más de doscientos cincuenta años. Algo que es necesario, ahora más que nunca, en una situación en que, como él mismo ha advertido, la ciencia penal quiebra por todas partes. En este sentido, puede verse como capital la lucha metódica de Schünemann por alcanzar la síntesis entre la realidad y los valores jurídicos que se proyectan sobre ella, rechazando vehementemente las actuales, y lamentablemente dominantes tendencias a construir sistemas jurídicos penales puramente normativos. A esta dirección de su pensamiento pertenecen, por ejemplo y sobre todo, su monumental libro sobre los delitos de omisión impropios, publicado en 1971 y hasta hoy enriquecido sin cesar con nuevas aportaciones, sus investigaciones sobre autoría y participación, sobre los delitos de peligro o, por citar sólo dos ejemplos más, sus trabajos sobre las relaciones entre ontologismo y normativismo en la ciencia penal y sobre el bien jurídico como referencia central de las normas penales.
En el menester de difundir por todo el mundo su pensamiento y su magisterio, se puede caracterizar a Schünemann como un viajero incansable, pues son incontables las conferencias, los cursos y los seminarios científicos que ha impartido y continúa impartiendo en todo el mundo. De la proyección universal de Bernd Schünemann da cuenta sobre todo el hecho de que el Instituto para las Ciencias penales completas, que él dirige en la Universidad de Múnich, acoge de un modo permanente a penalistas en formación de todas las partes del mundo —especialmente del sureste asiático y de Latinoamérica, y últimamente también de la Europa del este— que acuden a dicho centro en busca de la sabiduría y de la hospitalidad de este excepcional maestro alemán. Su impresionante y desbordante personalidad, a la que no escatima ninguna manifestación de generosidad, afabilidad y hospitalidad, hace de Schünemann un hombre de bondad y sabiduría incomparables, que, por todo ello, le ha hecho acreedor de la admiración, el afecto y el agradecimiento más sentidos de todos sus discípulos y colegas.
Luis Gracia Martín