El profesor Weyers nació el 24 de junio de 1934 en Kobe (Japón) en donde su padre, a la sazón, desempeñaba el cargo de cónsul de Alemania. De 1953 a 1956 estudia Derecho y Economía Política en las Universidades de Tübingen, Hamburg y Freiburg im Breisgau. En 1957 y1958 realiza una estancia de estudios en Zaragoza para preparar su doctorado del Estado, que aprueba brillantemente, publicando la tesis en 1960 bajo el título de Die Eheschliessung nach spanischem Recht. En 1970 obtiene la habilitación en la Universidad de Tübingen, bajo la dirección del profesor Josef Esser, para impartir las asignaturas de Derecho Civil, Procesal Civil, Comparado, Internacional Privado y Derecho de los Seguros. En 1971 es nombrado Ordinario de la Universidad de Frankfurt am Main, siendo decano de su Facultad en el curso 1976-1977. Ha impartido asiduamente ciclos de conferencias en España, Hispanoamérica, Suecia y Japón. Desde 1983 es miembro del Comité Directivo del Grupo de Derecho civil de la Sociedad Alemana de Derecho Comparado. Es doctor honoris causa por la Universidad de Estocolmo.
En los últimos tiempos puede advertirse en los habituales contactos con los colegas de otros países, que se está incrementando apreciablemente entre aquellos el número de conocedores de la lengua de Cervantes e, incluso, el de quienes con toda razón hacen gala hasta de un fluido dominio de la misma. Pero en el caso del profesor Weyers se trata de un añadido más, ya que pertenece al selecto grupo de hispanistas; según confesión propia desde su primera juventud sintió una inclinación personal afectiva por todo lo español, moviéndole al aprendizaje del idioma y a interesarse, en general, por su cultura; lo que explicaría el episodio fortuito de su primer encuentro con la Facultad de Derecho de Zaragoza, y del que fue protagonista, sin duda involuntaria, su tuna estudiantil.
En efecto, en la primavera de 1956 un grupo de estudiantes de Derecho que realizaban el viaje de Fin de Carrera, acompañados por el profesor Sainz de Varanda transitaba por las calles de Freiburg acompañando las canciones de la tuna; las oyó el joven licenciado alemán, se paró a dialogar con ellos, y de la conversación con el profesor Sainz de Varanda salió la propuesta de venir a Zaragoza para elaborar su tesis alemana; cosa que llevó a cabo bajo la dirección del profesor Lacruz Berdejo. El profesor Weyers permaneció en la Universidad de Zaragoza durante los años 1957 y 1958, estancia que fructificó para el interesado con pleno éxito en su universidad de origen, y que sirvió además para iniciar prometedoras relaciones con el importante equipo del profesor Lacruz, facilitándole, además, un primer contacto con la doctrina civilista española; así en la acreditada revista Ehe und Familie im privaten und öffentlichen Recht (hoy denominada Zeitschrift für das gesamte Familienrecht), ha quedado constancia de sus extensas recensiones de libros de autores españoles. Las relaciones del joven civilista alemán con la Escuela de Zaragoza se intensificarán desde el momento de obtener en 1971 la Beruf para incorporarse a la cátedra de la Universidad de Frankfurt, en la que va a permanecer hasta su jubilación.
Añadiré una pincelada personal, pues durante los años de la primera y prolongada estancia del profesor Weyers a orillas del Ebro, yo me formaba, a orillas del Pisuerga, en la Escuela vallisoletana del profesor Serrano y Serrano; ambas escuelas civilistas han mantenido siempre excelentes relaciones, y sucedió que en 1962 fui becado para trabajar en la Universidad de Tübingen, siendo casualmente recibido allí por el profesor Weyers, con quien, sin saberlo, compartía preocupaciones temáticas. Cuando en 1981 me incorporé a esta Universidad, me fue extremadamente fácil proseguir la estela de colaboración científica iniciada por el profesor Lacruz, y que he podido culminar con la aportación de todo el departamento.
A partir de aquella fecha puedo afirmar que las relaciones del profesor Weyers con el Departamento de Derecho Privado de nuestra Universidad han sido intensas, frecuentes y valiosas. Mencionaré, como más destacadas, que el profesor Weyers fue ponente sobre el tema de La reforma del Derecho de la contratación en Alemania, el Congreso Internacional sobre la reforma del Derecho contractual y la protección de los consumidores (celebrado en esta Universidad en 1993); asimismo fue profesor invitado en un doctorado de calidad impartido sobre Derecho contractual en nuestro departamento; e igualmente, ha sido varias veces profesor invitado a cursos de tercer ciclo, y conferenciante sobre problemas actuales del Derecho Comparado en Alemania. En resumen, siempre que se le ha solicitado, el profesor Weyers ha prestado su valiosísima colaboración en las actividades científicas de nuestro departamento.
Es obligado recordar que el profesor Weyers es una autoridad civilista en Derecho alemán de contrato, y su obra general más difundida es la actualización periódica que ha realizado hasta ahora en la parte de los contratos en particular, del Tratado (Schuldrecht) de su maestro el profesor Esser, de cuyas ediciones 5ª, 6ª, 7ª y 8ª se ha responsabilizado. Su entusiasmo y hasta apasionamiento por las nuevas tecnologías aplicadas al Derecho los ha plasmado en múltiples publicaciones en varios idiomas. Es especialista en los aspectos internacionales del Derecho del seguro.
Su cualidad de hispanista resplandece en las siguientes publicaciones en nuestro idioma:
“La evolución del Derecho de Familia en la República Federal de Alemania desde la postguerra” (Buenos Aires, 1974)
“Jurisprudencia y Cibernética” Boletín del REI Colegio de Abogados de Zaragoza, 1975.
“Crónicas sobre la evolución del Derecho Civil en la R.F. de Alemania” (publicadas desde 1983 en la revista Anuario de Derecho Civil, Madrid)
En los últimos quince años bien puede decirse que el profesor Weyers ha estado, de hecho, incorporado al cuadro docente del Departamento de Derecho Privado. Soy testigo privilegiado de su plena disponibilidad para colaborar con nosotros, contribuyendo eficazmente a la formación de nuestros profesores jóvenes, al menor aprovechamiento de nuestros alumnos, y, también hay que decirlo, a que el nombre de Zaragoza sea conocido un poco más en tierras germánicas.
Por todo ello, además de su prestigio científico, me parece oportuno mencionar su personalidad abierta y acogedora hacia todo lo español, y a lo aragonés en particular, conjunto de cualidades y méritos que le han hecho acreedor a ser investido como doctor honoris causa de nuestra Universidad. Lo que creo que constituye un acto de justicia.
Gabriel García Cantero