Juan José Gil Cremades
Uno de los más destacados representantes de la Teoría y de la Filosofía del Derecho, así como del Derecho penal, en la Alemania del segundo tercio del siglo XX, fue uno de los doctorados honoris causa del IV Centenario de nuestra Universidad (1983). En razón de encontrarse enfermo no pudo desplazarse a Zaragoza, para recibir tal doctorado. El rector doctor López Mateos, junto con el decano de la Facultad de Derecho doctor Rivero Lamas, así como el padrino académico doctor Gil Cremades se desplazaron a Heidelberg, y el 14 de noviembre de ese año, en el marco histórico del Auditorio de la Vieja Universidad, y bajo la presidencia del rector, y ante el Claustro en pleno, recibió el profesor Engisch, junto con el documento de concesión, los atributos de tal mérito, dando lugar, por la exclusividad del acto, a que el padrino pronunciara la laudatio y el profesor Engisch agradeciera el honor recibido.
Karl Engisch nació en Giessen el 15 de marzo de 1899. Soldado en la primera guerra mundial, estudió Derecho en Giessen y Múnich, donde siguió las clases de Max Weber, doctorándose en 1924 con una tesis sobre la norma jurídica como imperativo. Diversas cargas docentes concluyen el 1934 con el nombramiento de Ordinario de Derecho Penal, Derecho Procesal y Filosofía del Derecho en la Universidad de Heidelberg, cátedra ocupada hasta entonces por el gran jurista Gustav Radbruch. En la prelección magistral de 1935, a pesar de la fuerte presión ideológica que el nacionalsocialismo ejercía en esa fecha, citó positivamente a juristas judíos, recién represaliados por el régimen. En marzo de ese mismo año, cuando la asociación de estudiantes planteaba un boicot a las clases de los profesores no arios, aun no depurados, Engisch protestó, aunque inútilmente, ante el decano de su Facultad. En su obra del período nunca se hizo eco de las pretensiones de un “nuevo derecho”, acorde con el “nuevo orden político”. Permaneció como catedrático en Heidelberg hasta 1957, y desde esa fecha hasta su jubilación, en Múnich. Como emérito, siguió desempeñando la docencia en esta última universidad y desde 1971 en la de Heidelberg. Fue miembro de las Academias de las Ciencias de Heidelberg y de Baviera, y corresponsal de la Academia Real de Bélgica. Doctor honoris causa en Medicina, por abordar frecuentemente desde el derecho penal problemas de esa ciencia. Murió el 11 de septiembre de 1990.
Entre sus aportaciones a la Teoría del Derecho señalaremos las relevantes. Defendió la idea del ordenamiento jurídico como un sistema, estructurado conforme al principio de unidad, entendido en sentido no sólo lógico, sino valorativo (Einheit der Rechtsordnung, 1935). Aunque admita que las normas son imperativas, éstos se basan en valoraciones, que son elementos esenciales en la interpretación de las normas. La estructura del proceso de aplicación de las mismas supera el esquema de la subsunción lógica (Logische Studien zur Gesetzanwendung, 1943). Posteriormente ahondó en este proceso que caracterizó como de “concreción” (Die Idee der Konkretisierung in Rectht und Rechtswissenschaft unserer Zeit, (1953), trad. española de J.J. Gil Cremades), proceso abierto que requiere tanto atender a los valores y principios de la norma (premisa mayor), como a las circunstancias del caso (premisa menor). Ese proceso se caracteriza como de “ida y vuelta”, hasta lograr una decisión coherente, más correcta, aunque no siempre “verdadera”. La expansión de sus planteamientos jurídicos en la cultura alemana se realizó en la brillante monografía Einführung in das juristische Denken “Introducción al pensamiento jurídico”. 1956), que ha alcanzado nueve ediciones. Buena parte de sus lecciones se encuentran en: Auf der Suche nach der Gerechtigkeit “A la búsqueda de la justicia” 1971. Diversos estudios publicados en cuatro décadas fueron incluidos en: Beiträge zur Rechtstheorie “Contribuciones a la Teoría del Derecho” 1984. Sus discípulos Paul Bockelman, Arthur Kaufmann y Ulrich Klug editaron en 1969 un libro-homenaje con ocasión de su setenta aniversario.