La exigencia de un tiempo limitado por una parte y la importancia tanto de la personalidad, como de los trabajos y actividades que de sobras son conocidos por otra, conducen a presentar esos méritos quizá de una forma distinta a la que en estas ocasiones sucede, subrayando más bien la personalidad y la trascendencia de la obra del R. Hin Tjio y comentando algunos detalles que le vinculan a esta Universidad de Zaragoza, a la investigación española y al quehacer científico de interés mundial, mostrando finalmente como el nuevo doctor podría darnos muchas lecciones en los campos del saber y del vivir, porque ha utilizado su inteligencia como se dice debe hacerlo el verdadero investigador: “para algo más que para exhibir engreimiento, para lucir agilidades, para suscitar inquietudes, para organizar catástrofes, para acotar parcelas, exentas de contribución al bienestar social”
Siguiendo el orden lógico de exposición, creemos que en primer lugar debe darse a conocer que el doctor Tjio nació en Soemedarg, Java (Indonesia) en 1919 y que desde 1966 es ciudadano de los Estados Unidos de Norteamérica. Su formación inicial transcurre en la Escuela Unidos de Norteamérica. Su formación inicial transcurre en la Escuela de Agronomía de Bogor desde los años 1936 a 1940. Obtiene en este último año el título de Ingeniero Agrónomo y ya en aquellos tiempos sus primeras experiencias de hibridación sobre solanáceas, le permiten obtener plantas anfiploides fértiles y resistentes a los phitoptera. Desde el año 1942 a 1945 se interrumpieron bruscamente sus investigaciones por la guerra en el Pacífico, es hecho prisionero en Bandung e internado en un campo de concentración japonés hasta el año 1945. En los años 1946 a 1947 estudia en Copenhague en el Real Colegio de Veterinaria y Agricultura y en los años 1947 a 1948 en la Universidad de Lund en Suecia. Desde los años 1948 a 1949 es director del Departamento de Citogenética de la Estación Experimental de Aula Dei, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Zaragoza y durante este periodo, varios meses al año es científico visitante del Instituto de Genética sueco en Lund. Durante este periodo, en los años 1956 a 1958 es visiting professor de la Universidad de Colorado en Denver, e investigador asociado del Laboratorio Nacional Arbonne en Lemont, Illinois.
Son los tiempos primeros de las investigaciones en genética vegetal, apoyado por los investigadores españoles Sánchez Monge y Álvarez Peña entre otros. Son los estudios reiterados de experimentación cromosómica en plantas y en animales. Son los años ilusionados y fecundos en resultados, de la aplicación de la oxiquinoleína en plantas y de las investigaciones que dieron lugar al famoso trabajo de “Los cromosomas del hombre” publicado en Hereditas en 1956 con la colaboración del doctor Albert Levan.
Es en la Universidad de Colorado donde defiende en 1960 su tesis doctoral. La historia sigue, los trabajos se suceden y desde 1959 a 1964 es científico visitante del laboratorio de Patología Experimental del Instituto Nacional de la Salud en Bethesda, Maryland, en Estados unidos. Sigue la etapa de investigación comparada en animales de experimentación y desde 1964 a 1967 es investigador en Genética, visiting professor y consultor del Departamento de Medicina Clínica de la Universidad de California en San Francisco. Desde entonces hasta la actualidad es consultor de la Harvard Medical School en el Boston City Hospital, jefe de la Sección de Citogenética del Instituto Nacional de la Salud en Bethesda, visiting professor del Laboratorio Central de Hematología de la Universidad de Claude Bernard de Lyon, Francia, y consultor del Lawrence Berkeley Laboratory de la Universidad de California en Berkeley.
Entre otros honores y distinciones merece citarse que el doctor Hin Tjio es miembro de la Sociedad Americana de Naturalistas.
Ha recibido el premio internacional Kennedy de la Fundación Joseph P. Kennedy Jr. en 1962. Es miembro de la Junta de Gobierno del Instituto Americano de Ciencias Biológicas desde los años 1963 a 1966. En 1974 fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Claude Bernard de Lyon y asimismo en ese mismo año recibió el premio de honor al Superior Service del Instituto Nacional de la Salud en los Estados Unidos. Sus trabajos en estos últimos años están recibiendo muy diversas distinciones por sociedades científicas internacionales. Recientemente, trabajos del doctor Tjio han sido Citation Classic (de la serie de publicaciones más citadas en la biblioteca mundial) y ha publicado la classic page en la Revista Americana de Obstetricia y Ginecología, distinciones otorgadas al comprobar que son reclamados estos trabajos por multitud de investigadores, como fuente de información reiterada, en relación con sus investigadores, que más tarde comentaremos.
Si a esto se añade la publicación de alrededor de un centenar de trabajos de investigación (imposible citarlos aquí y aún menos todavía resumir) hemos de concluir que ante esta excepcional personalidad, ante la extraordinaria aportación a la ciencia genética, la sensación de que en estos momentos me domina (al igual que cuando redactaba estas líneas) es la del que no se atreve sino a admirar y seguir las huellas del consagrado, sin atreverse a añadir prácticamente ningún comentario. No nos queda por lo tanto, otro remedio que actuar como seres extraños lanzados de pronto en la gran plaza de la ciencia, deslumbrados y sorprendidos, que retienen a los viandantes que saben dónde van y les interroga: ¿dónde?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿qué?
Oigamos y presentemos las palabras de quien conoce de cerca al doctor Tjio. Recojamos sus propias manifestaciones. Anotemos sus ideas como criterio de autoridad. Será el mejor camino para, sin perderse, recoger algunos apuntes en cada esquina de esa gran plaza de la ciencia, que nos oriente acerca de la rica y recia personalidad científica y humana del doctor Hin Tjio, que resumimos en las siguientes vertientes: el doctor Tjio como hombre de método. El doctor Tjio como personalidad creadora de nuevos horizontes en la ciencia. El doctor Tjio formador de investigadores. El doctor Tjio investigador con hondo sentido social.
Como hombre de método ya lo destacó plenamente la Universidad de Lyon al conferirle el doctorado honoris causa. Efectivamente, la Universidad Claude Bernard de dicha ciudad, dedicada al gran filósofo francés, que convirtió la hipótesis en un fundamento básico para la investigación, que sin introducir al observador en el curso de las experiencias, recoge los hechos y las circunstancias, orienta la búsqueda de la solución, coordinando los resultados, siguió de cerca los trabajos de Tjio y su colaborador White y le propone en 1974 para el doctorado honoris causa como lo hacemos hoy aquí y le consagra un número extraordinario de la revista Lyon Medical sobre estudios comparados en citogenética.
Son los mismos autores franceses quienes declaran que las técnicas originales del doctor Tjio mejoran el instrumental de trabajo en su campo de especialización y dan una marca especial a su obra científica. Es necesario considerar, afirman, la elegancia y eficacia de los numerosos protocolos experimentales que inscriben la obra del doctor Tjio en la gran tradición experimental. Como prueba podrían citarse las investigaciones realizadas durante años con el doctor White que constituyen un paciente trabajo de cruzamiento entre diversas líneas que ha permitido la acumulación de elementos translocados, demostrando la posibilidad de provocar con relativa facilidad trisomías autosomales cruzando ratones heterocigotos para dos translocaciones. Este investigador que prefiere mostrar más que escribir, demostrar más bien que afirmar.
Pero el doctor Tjio no es sólo un hombre de método, es decir, de camino. El doctor Tjio es un hombre de llegada, un hombre de descubrimientos. Al primer escalón llegan los buenos, el segundo solo lo superan los consagrados, los verdaderos creadores. Ya que Tjio es creador de ciencia, de una nueva visión de las cosas, de una nueva etapa de la biología. Asimismo sus trabajos son comentados por los especialistas de todo el mundo. Todos abogan por el más alto galardón que premia la labor de un científico, de talla universal. Oigamos algunas frases: Buhler del Departamento de Genética de Basilea, en Suiza, señala que los méritos científicos “en mi opinión y en la opinión de muchos de mis colegas especialistas en genética médica merece exactamente el Premio Nobel” “además de todos sus méritos científicos deseo hacer énfasis de su extremada inteligencia, agudeza y rectitud de criterio. Nunca duda ofrecer su tiempo y experiencia para ayudar a quien necesita su apoyo, tanto científica como humanamente. Verdaderamente es una persona extraordinaria”.
Desde Moscú los doctores Boschkow y Zakharov señalan que el trabajo del doctor Tjio ha demostrado ser un descubrimiento fundamental y marca un suceso de una nueva dirección en el campo de la citogenética y genética humana. Es este descubrimiento el que ha hecho posible detectar la naturaleza cromosómica de algunos defectos al nacimiento en los finales de los años 50 y ha permitido la iniciación de la especialidad de genética médica. El doctor Tjio autor de trabajos originales que estudian los cromosomas un cierto número de casos patológicos en leucemias humanas.
Los servicios del doctor Tjio a la genética humana y a la citogenética son bien conocidos en todo el mundo. Su nombre como pionero en el campo de la moderna citogenética humana constituye una alta autoridad en la URSS (carta oficial de nominación al Comité del Premio Nobel solicitando dicho premio al doctor Tjio). Asimismo Puck y Mikkelsen desde la Universidad de California en La Jolla señalan que el descubrimiento del número cromosómico del hombre hecho por Joe Hin Tjio y Albert Lavan es una consecución fundamental a nuestro conocimiento de la genética humana y la base para el descubrimiento de un gran número de enfermedades. Su trabajo posee aspectos importantes para la patología humana y ha hecho posible un gran progreso en la metodología del número cromosómico humano. A través de los años su trabajo es de importancia capital en el estudio de malformaciones congénitas, enfermedades humanas y afecciones mentales. Asimismo la prevención de algunas enfermedades mediante investigación cromosómica antenatal no hubiera sido posible sin su contribución. El doctor Tjio es uno de los más grandes científicos de esta generación y merece plenamente este reconocimiento.