El honor se tributa a una persona como prueba del bien que hay en ella
Tomás de Aquino
01/06/2001

José Elguero Bertolini

José Elguero Bertolini
Fecha acuerdo: 
21/02/2001
Rector: 
Felipe Pétriz Calvo
Padrinos: 

José Luis Serrano Ostáriz, Carlos Cativiela Marín

Semblanza: 

El profesor José Elguero Bertolini nació y se educó en Madrid y se licenció por la Universidad Complutense de Madrid. Su formación científica tuvo lugar en Francia, donde pasó más de veinte años de su vida. En Montpellier realizó su tesis doctoral. Después de su paso por Marsella y de una breve estancia en Inglaterra volvió a España en 1980. Durante su dilatada estancia en el país vecino sus esfuerzos investigadores se centraron en la química heterocíclica y de esta época, en la que sentó las bases de una ingente producción científica, data su famoso libro sobre tautomería de heterociclos que sigue siendo referencia obligada para todos aquellos científicos que trabajan en este apasionante campo de investigación. Desde su regreso a España y hasta la actualidad ha desarrollado su intensa labor investigadora en el Instituto de Química Médica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Su regreso y su incorporación a la actividad investigadora de nuestro país no fue fácil. De hecho nunca ha tenido un grupo de investigación propiamente dicho como al que aspiran la mayor parte de nuestros científicos, sin el que muchos piensan que es imposible desarrollar una labor investigadora. Habida cuenta de las dificultades que encontró para formar un equipo consolidado, estableció numerosas colaboraciones con grupos nacionales y extranjeros y fue el auténtico nexo de unión de equipos de investigación que eran desconocidos entre sí. Con su tremenda información, debido a su avidez de lecturas de todo tipo, en particular científicas, y a su gran clarividencia, ha sido capaz de correlacionar y poner en contacto grupos de lo más variado pero que entre sí eran complementarios, haciendo posible de esta manera una sustancial optimización de los esfuerzos desarrollados. Toda esta actividad le ha llevado a realizar importantes contribuciones científicas en campos como la química orgánica, la química física, la química cuántica y la espectroscopia por lo que se le podría considerar como un estructuralista que siempre ha buscado una mayor racionalización de los resultados experimentales y que le han permitido ser uno de los científicos de mayor renombre internacional. Nunca olvidó su relación con la química de los heterociclos pero ha sido capaz de darle un aspecto más biológico y sus esfuerzos se han encaminado hacia la búsqueda de unas relaciones estructura-actividad, es decir, hacia una vertiente menos sintética y más racional.

La enumeración de la lista de méritos científicos sería interminable pero merece la pena destacar que es autor de más de mil publicaciones científicas, autor de docenas de capítulos de libros, conferenciante en las universidades de mayor renombre, invitado de honor en los más prestigiosos congresos y miembro del consejo asesor de muchas revistas científicas de la especialidad. Ha sido galardonado con numerosos y acreditados premios de investigación como el Schutzenberger de la Societé Chimie de France en 1968, el Premio Solvay de la CEOE en 1988, el Premio Nacional de Investigación Científica Ramón y Cajal en 1993 y el Premio Miguel Catalán de la Comunidad Autónoma de Madrid en 2005. Ha sido galardonado con la Medalla de Oro de la Real Sociedad Española de Química, la Medalla de Oro de la Universidad de Marsella y la Medalla de Plata del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Además, ha recibido el doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Alcalá y la Universidad de Castilla-La Mancha, además de la Universidad de Zaragoza, en España y por la Universidad de Marsella (Francia) y por la Universidad Politécnica de San Petersburgo. También es académico de número de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, miembro de la Real Academia Nacional de Farmacia y está en posesión de la Encomienda de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio.

Merece la pena destacar que, además de esta excepcional trayectoria científica, ha contribuido con su tiempo y con su esfuerzo a la construcción y mejora de nuestro sistema de investigación, participando activamente, no solo mediante una labor constante de asesoramiento, sino aceptando cargos de gran responsabilidad como la presidencia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la presidencia del Consejo Social de la Universidad Autónoma de Madrid.

 

A la enorme capacidad de trabajo, a los niveles de excelencia alcanzados a los largo de su ya larga trayectoria científica el profesor Elguero une la grandeza de su timidez, de su deseo de pasar desapercibido y de su tremenda disponibilidad. El papel que ha desempeñado en el avance de la química orgánica en España ha sido excepcional y no solo por sus importantes contribuciones científicas, que lo sitúan como uno de los científicos españoles más reconocidos sino, en lo que es más importante, el haber sabido marcar una filosofía y una dirección a toda una escuela de científicos que si son capaces de continuar con la vocación y entusiasmo que serían deseables, el nivel científico del país se debería ver muy potenciado. Si el profesor Elguero ha tenido una relevante influencia en muchos grupos de investigación españoles esta afirmación es particularmente cierta en la Universidad de Zaragoza donde se puede decir con orgullo y satisfacción que su apoyo, ayuda y dirección tuvo una influencia decisiva en el devenir científico de un buen número de grupos consolidados, que hoy tienen un importante reconocimiento nacional e internacional. Una manera excelente de comprender su filosofía se refleja en unas recientes declaraciones. El profesor Elguero ha dicho: "Como es tan difícil entusiasmar a la gente con lo que realmente consiste la química, los que nos dedicamos a esto acabamos hablando no de química, sino de las aplicaciones prácticas de la química, que se pueden comprender mejor: los medicamentos, los tejidos, las pantallas de ordenador… pero cuando trabajamos no estamos pensando en estas aplicaciones, sino en el reto, en la dificultad que supone transformar una parte de una molécula sin cambiar otra de sus partes. Es ahí donde están los desafíos, el riesgo intelectual, las emociones… lo que hace, en definitiva, que te pongas a trabajar y se te pasen las horas sin darte cuenta".

Autor semblanza: 

Carlos Cativiela Marín